Uveros, creo que me lo soñé

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Existen lugares mágicos en el mundo es un hecho que no puede negarse. Para nosotros que nacimos en Colombia se nos ha dificultado por diferentes razones conocer nuestro país y soñamos en ir a tierras lejanas a disfrutar de las maravillas que el mundo de la publicidad tiene para vendernos en catálogos. Algunos hemos soñados estos lugares al encontrarnos con la literatura es imposible no viajar por la selva cuando leemos las aventuras de Maqroll el Gaviero o recorrer la nieve del monte fuji, solo es tomar un libro cerrar lo ojos y viajar, puedes conocer París o Barcelona de mano de cientos de escritores que han plasmado en palabras lo que han visto y tocado.

Para mi no hay placer más grande que amarrar una hamaca frente al mar tomar un libro y viajar, disfrutar del calor y conocer paso a paso lugares mágicos de un país como Colombia, soy de un pueblo de personas pequeñas y grises, encerrado por montañas por estos días el aire enrarecido por la contaminación no se dispersa y la ciudad cada vez se siente mas densa y contaminada, pero a pocas horas de viaje puedes encontrar el mar Antioquia es uno de esos departamentos Colombianos que tiene casi todos los climas y los paisajes que nos han narrado en la literatura desde los paramos y los bosques hasta las playas extensas del Urabá Antioqueño.

Por estos días en medio de un pequeño viaje a un lugar demasiado conocido y recorrido, gracias a esas pequeñas sorpresas de conocer personas encontramos un lugar llamado Uveros, en la vía que va desde Necoclí hasta San Juan de Uraba unos kilómetros antes de llegar a este ultimo puedes desviarte hacia un lugar para mí desconocido un secreto muy bien guardado. img_20161227_145922855Uveros, nombrado así por las planas en las que crecía un fruto parecido a la uva pero amargo, es quizás uno de los lugares mas bellosy extraños que he conocido en los últimos años. Playas largas, gentes tranquilas, casas abandonadas, abandonado por el estado como casi todo el atlántico antioqueño hoy es un lugar en el que puedes tener una hamaca, salir a caminar y disfrutar de casi 22 km de playas extensas como las que ya casi no se ven en los diferentes lugares turísticos del país.

Cangrejos azules y la marca del rio Atrato que mancha el azul del mar con un café claro que para algunos puede ser feo pero para mi es la selva y el mar fundiéndose para formar un paisaje difícil de describir.

No vayan a Uveros si esperan una experiencia turistica “normal” allí no hay nada, un par de tiendas, un par de restaurantes, un par de cabañas y un pequeño pueblo algunos pescadores otros residen allí como parte de un cuento de algún autor del realismo mágico, mientras caminaba por sus calles y sus playas sentí un toque de irrealidad en la cruda realidad de un paisaje con cicatrices de guerra aun así creo que fue un sueño.

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